El calzado de cuero presenta ciertas ventajas con respecto a otros materiales de origen sintético. También es cierto que existen diferentes tipos de cuero para carteras, así como tipos de cuero para correas y otros accesorios. Como sea, un cuero bien trabajado o curtido es flexible, resistente, transpirable y con memoria.
Sí, el cuero tiene la capacidad de retener la forma de cada pie, para brindar así una comodidad única a las que optamos por él como el acompañante de cada uno de nuestros pasos. La verdad es que si quieres revisar en detalle las razones para optar por calzado de cuero, te invitamos a leer otro artículo de nuestro blog haciendo click aquí.
Volviendo a lo que nos convoca en esta oportunidad, son muchos los tipos de cuero que pueden ser utilizados para la confección de zapatos, sandalias, botas, botines, bototos, babuchas y cualquier otra variante de calzado.
Sin embargo, es importante recalcar que una industria responsable sólo debe utilizar el cuero cuando es un subproducto derivado de la crianza de animales con fines alimenticios. Nunca un animal debe ser sacrificado sólo para extraer su piel. Jamás.
Teniendo claro y también siempre presente lo anterior, te invitamos a revisar juntas los diferentes tipos de cuero que se usan en la industria del calzado, para lo cual podemos diferenciar entre el origen del material y el tratamiento o acabado final.
Tipos de cuero según origen
Cuero de vacuno
La piel de vacuno se caracteriza por ser algo grasosa y muy gruesa, por lo que de ella se pueden desprender varias capas. Eso sí, la capa más usada en zapatería es la externa.
Es una piel altamente transpirable y resistente a la perforación y el desgaste, razones que la convierten en uno de los cueros que brinda mayor confort a los pies, así como también es uno de los más duraderos.
Cuero de cordero
Este tipo de cuero es fino, así como terso y de escaso brillo. Gracias a su altísima flexibilidad, el cuero de cordero se emplea principalmente para confeccionar forros y calzados adaptables, blandos y manejables.
Posee una gran capacidad aislante, por lo que el calzado de cuero de cordero, además de ser muy cómodo, preserva el calor cuando se enfrenta a los fríos invernales. Y en verano, mantiene los pies secos, gracias a su transpirabilidad y absorción de humedad.
Cuero de caprino
A diferencia del cuero de cordero, que se caracteriza por ser apagado, al cuero de cabra se le puede imprimir un alto brillo, por lo que es muy común que se emplee para confeccionar zapatos de vestir de alto valor.
Es una piel finísima y dúctil que destaca por su altísima calidad derivada de una compacta composición, la que la convierte en un verdadero placer para el tacto.
Cuero de ciervo
Otra de las pieles que destacan por su tersura. Además, es quizá el cuero más flexible de todos, lo que le permite brindar un calce prácticamente perfecto. Eso sí, es más dificultosa su limpieza, sobre todo en comparación con la piel de vacuno.
Cuero de cerdo
Para sorpresa de muchas, la piel de cerdo también se utiliza para la confección de calzado de cuero. Es una piel muy resistente, duradera, adaptable, suave y porosa, aunque de menor calidad que todas las anteriores. Se utiliza principalmente para la confección de los forros del calzado.
Tipos de cuero según tratamiento
El cuero se puede someter a tratamientos físicos o con productos químicos para obtener diferentes acabados o apariencias. En estos procesos, lógicamente también es importante el tipo de cuero que se utiliza.
El cuero cocido es el que se obtiene al ser sumergido en agua o cera que esté hirviendo, todo para potenciar sus propiedades elásticas y flexibles.
Un factor que también influye en el acabado del cuero es la capa de piel que se utiliza. El cuero serraje es el que se desprende de la capa más interna para la elaboración de calzado, destacando por su alta resistencia y textura aterciopelada.
Otro tipo de cuero según su acabado es el nubuck. Para obtener este acabado, se realiza un lijado fino sobre la piel de vacuno en su parte exterior. Es extremadamente suave y muy parecido a la gamuza.
Finalmente tenemos el acabado charol. Éste se obtiene al ir sumando capas de poliuretano al cuero, lo que le brinda su brillo tan característico. La elegancia y resistencia al agua son sus características más resaltables. Eso sí, el charol es menos flexible que el resto de los cueros.