Los avances tecnológicos suelen ser muy beneficiosos para el ser humano. Sin dejar de reconocer la utilidad de ciertos materiales textiles artificiales, a veces es conveniente mirar hacia lo más tradicional o natural. Tal es el caso del calzado, ámbito en el que ningún material sintético ha sido capaz de igualar o superar las propiedades del cuero genuino.
Producto de la misma tecnología y el ingenio de algunos, es que han nacido materiales que imitan al cuero en sus detalles superficiales más mínimos como estrías, textura, color y vetas, intentando igualar así hasta la belleza que radica en sus inigualables imperfecciones.
Sin embargo, la imitación sólo llega a la superficie, ya que hasta el día no ha visto la luz ningún artificio que reproduzca la esencia del cuero para emular toda su calidad.
La transpirabilidad, la resistencia, la alta duración, la elasticidad y todo el confort que el cuero significa para nuestros pies son realmente inalcanzables para otros materiales.
Para no vernos atraídas por materiales muy similares en apariencia, repasemos en lo que sigue a continuación las características únicas del cuero. Podrán confundirnos, pero jamás engañarnos.
Tips para reconocer el calzado de cuero
Lo primero que salta a la vista en un calzado de cuero genuino es que, al ser de origen natural, siempre nos encontraremos con imperfecciones visibles. La uniformidad y “perfección” superficial son, entonces, sinónimo de otro material.
Ojo, como dijimos anteriormente, existen materiales que incluso imitan las fallas y defectos del cuero natural. Por eso, también es importante prestar atención a los tips que siguen a continuación.
Después de usar la vista para confirmar la genuinidad del cuero, es el turno de otro sentido: el tacto. El cuero se presenta generalmente suave en su superficie, mientras que los materiales sintéticos suelen ser bastante más rígidos.
A pesar de su agradable suavidad, el cuero presenta también una textura con porosidad, producto de su origen natural: recordemos que es la piel del animal y que esta respira a través de los poros.
Precisamente esta porosidad es la que la otorga la cualidad de la transpirabilidad, permitiendo así que la humedad emanada de los pies traspase el material y se vaya al ambiente externo, lo cual es muy beneficioso tanto para la comodidad de quien usa el calzado, como para la salud de los pies al evitar la proliferación de agentes dañinos.
Ya fue el turno de la vista y el tacto, ahora adivinen a quién le toca. No, no es el gusto, sino el olfato, aunque de seguro que el sabor del cuero es muy diferente al de los materiales sintéticos que lo imitan, pero no sería muy higiénico… En fin, mejor no nos desviemos tanto.
El olor que caracteriza al cuero legítimo se podría definir como más natural y muy agradable. De hecho, el cuero suele ser una nota presente tanto en perfumes como en los vinos, aunque no es necesario ser catadora para reconocerlo. Una vez que se ha olido cuero, es fácil identificarlo.
Los materiales sintéticos por supuesto que tienen un olor distinto al cuero natural. Ellos no despiertan una sensación agradable. Generalmente se podría definir su olor como similar al plástico, tal cual.
Los dobleces y el etiquetado
Volviendo al sentido de la vista, un tip muy útil que no todos conocen es que en el calzado sintético se suelen cubrir o esconder los bordes del material mediante dobleces. ¿Y esto a qué se debe? A que los bordes de un material de calzado sintético tienen fibras que alterarían la estética del calzado.
Incluso al mirar por dentro un calzado de origen sintético se verán los bordes camuflados para no delatar el material del cual se compone. No así el cuero legítimo que no presenta ninguna hebra en sus bordes y, por lo tanto, no necesita ser camuflado mediante dobleces.
Finalmente la vista también servirá para leer el etiquetado que por norma debe llevar todo calzado. En él deben estar señalados todos los materiales que lo componen, bien sean de origen natural como el cuero o sintético, tanto de su capellada como de su suela y forro interior.
Siguiendo estos consejos deberíamos reconocer bien cuando estamos frente a un calzado de cuero y cuando no. Si no estamos seguras con el resultado de un tip en particular, debemos probar con los otros y así finalmente obtendremos como resultado una respuesta certera en torno al material del calzado que analicemos.