

Significa agradecer profundamente a mi familia, amigos y gran equipo.
Significa inspiración por todas las "giani lovers" que nos motivan, nos proponen a innovar, sorprender y encantar cada día.
Este diario lo hemos creado para contarles parte de lo que han sido estos 10 años. Para mostrarles nuestra historia, y para poder darle cierre a una etapa que comienza con otra.
Espero lo disfruten leyendo tanto como nosotros haciéndolo y recordando.
Un abrazo, Giani.

Con una máquina de coser parte la historia familiar de nuestro amor por los zapatos. Juan José Rodríguez, el papá de la Giani, decide lanzarse, sin conocimientos previos, a la confección de un par de ojotas por allá por el año 1974. lo que parecía un simple hobby se convirtió en una pasión, que lo llevó a dejar de lado su profesión inicial y embarcarse en una aventura completamente nueva.
La osadía de su espíritu pasó por momentos extraordinarios y otros llenos de dificultad; Giani estuvo presente en gran parte de este camino, siendo testigo de éxitos y quiebras de empresas. Esta historia que siguió por mucho tiempo y continúa con nuestra marca, no sería posible sin el apoyo familiar. La unión hizo la fuerza superando los malos momentos, sobre todo si hablamos de la cercana relación entre Giani y su papá.

La gente siempre recuerda con cariño la labor de Juan José en el rubro zapatero. De intachable comportamiento, cercano a las personas de su equipo y parte integral de la misma confección, el papé de la Giani ha sido uno de los pilares para el éxito de nuestra marca y todo un modelo a seguir.
Giani Dafirenze tiene lo mejor de ese espíritu de amor y pasión: bajo el ejemplo de perseverancia, osadía y resiliencia, la marca refleja toda la historia junto a un sello único para las mujeres que prefieren sus zapatos.
Durante su época de esplendor, Juan José era conocido como "el gran botero". Hacia fines de los años ´80, su empresa de fabricación de calzados era líder en exportar botas a Estados Unidos y otros países, lo que sumado a su calidad como profesional del área lo llevaron al éxito. "Mi papá llegaba todos los días con olor a zapatos recién hechos", afirma Giani. Para ella, este aroma es uno de sus favoritos, el que la transporta a recuerdos y momentos que confluyen en una vida rodeada de esfuerzo y unión familiar. Pese a las dificultades que involucra trabajar en la industria del calzado en Chile, para Giani no hay nada más importante que el olor que va ligado a un recuerdo imborrable: el orgullo de saber que su papá creó algo tan importante desde cero y con sus propias manos, una herencia que se convirtió en su propio destino.

Entre los problemas económicos que enfrentó su papá y la decisión de Giani por unirse a su empresa, nació Giani Dafirenze. Comenzamos de a poco, con una historia escrita en forma de zapatillas. Luego vendrían otros modelos y ventas nocturnas para sacar adelante el legado. Nos arriesgamos y comenzamos a armar un equipo con ayuda de varios miembros de la familia de Giani, conocimos a otros grandes aliados y lanzamos campañas, mirando siempre hacia el futuro.
Ocupamos espacios de todo tipo hasta consolidarnos como una marca que va más allá de tacones y sandalias. Nuestro éxito se vive bajo esta unión de personas que lo dan todo para llegar a ustedes; a través de las redes sociales y el contacto con nuestras clientas, creamos una comunidad llena de risas, novedades y suspiros por nuevos diseños.
En estos diez años hemos crecido y consolidado esta comunidad, convirtiéndonos en una verdadera familia en torno al color y los zapatos. Nuestra última colección lleva el nombre de Sintonía porque nos encontramos en el momento perfecto para seguir avanzando junto a ustedes y cada vez que lo hacemos, miramos un poquito hacia el pasado para recordar todo lo que hemos recorrido. Bajo este apoyo imprescindible esperamos seguir siendo su marca favorita.